Me encanta la pasión y entrega que le pone a las clases. Para mí eso es lo más importante y es la base para que el que las recibe las viva también de esa manera.
Conocer y experimentar la práctica del Bowspring me ha hecho tomar consciencia de mi postura corporal en cada cosa que hago, pero desde otra visión de mi columna y mis articulaciones.
También en mi posición corporal al tocar la flauta. Al sentir el pecho y el corazón abiertos, tengo la sensación de libertad en la zona del cuello, hombros y brazos, que provocan una sensación de seguridad y empoderamiento verdadero que tantas veces necesitamos los músicos a la hora de la verdad y que solemos buscar erróneamente desde la mente con consecuencias terribles para la interpretación musical.